Hace más de 15 años, en 2003 para ser exactos, nos desplazamos al cine Alcázar, que recién había cerrado sus puertas. Cuando fuimos conocedores de la noticia, solicitamos permiso para entrar al edificio y allá que nos fuimos a ver si había piezas susceptibles de trasladar al museo. Nos quedamos prendados de los proyectores que tantas películas habían emitido, durante los más de 50 años que el cine estuvo abierto al público como tal (desde 1950). No obstante, su peso y volumen hacían imposible el traslado de estas máquinas, y más con los escasos recursos de los que disponíamos entonces.

En el sótano del cine encontramos un escritorio tipo buró y dos vitrinas rectangulares. Estas, con unas características patas de madera torneada se utilizaban, en su momento, para colocar los fotogramas de las películas que iban a ser proyectadas o carteles de las obras teatrales y/o zarzuelas -puesto que el Alcázar también disponía de un pequeño escenario en el que se celebraban espectáculos-. Las vitrinas se colocaban delante de una gran cristalera que había junto a la entrada, para que los y las viandantes pudiesen ver las novedades y, así, estar enterados/as de los próximos estrenos.

Las vitrinas se trasladaron al museo, donde se les dio una segunda vida: actualmente se encuentran en la Sombrerería Beltrán, recreada en el Museo Escolar. Ya sabes que, cuando vengas a visitarnos y te acerques a esta tienda, las vitrinas que albergan sombreros y herramientas relacionadas con ellos ocuparon un importante espacio en el cine Alcázar.

Autores: Marian Tristán y José Julio López, coordinadora y miembro del equipo del Museo Escolar.